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martes, 12 de enero de 2016

La Importancia del Estudio de las Experiencias Adversas en la Infancia para una mejor comprensión de las enfermedades mentales

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Para quienes no se encuentran muy familizarizados con este estudio, lo voy a intentar describir y resumir principalmente para enfatizar la importancia de la prevención, y el tratamiento adecuado del trauma crónico infantil.

En esta liga podrán descargar un resumen mucho más elaborado en el idioma Inglés

Este estudio ha sido muy importante en la comprensión de las afectaciones de experiencias adversas en la infancia en muchas áreas del funcionamiento del individuo. Este estudio comenzó con el trabajo del Dr. Vincent Felitti en 1985. El Dr. Felitti era el jefe del departamento de medicina preventiva del centro de salud Kaiser Permanente en la ciudad de San Diego California. Este centro en particular recibía una gran cantidad de personas con un grado muy elevado de obesidad. El Dr Felitti y su equipo comenzaron a darse cuenta que la clínica contaba con un alto grado de deserción del programa nutricional. En promedio, solo 1 de cada 3 personas que comenzaban el tratamiento, lograban terminarlo de manera satisfactoria con una mejora significativa de su salud de forma integral.
Estos números alarmaron al equipo del Dr. Felitti y comenzaron a investigar las razones por las cuales los pacientes abandonaban sus tratamientos incluso cuando una mejora en su salud era evidente. Comenzaron a realizar pequeñas entrevistas con las personas que habían abandonado el programa y llegaron a una primera señal que abrió las puertas para una segunda etapa de la investigación. Ellos encontraron que más del 85% de esos pacientes obesos, habían nacido con un peso normal. Es decir, no había evidencia de que su obesidad haya sido una enfermedad desde  su nacimiento.
Esta primera observación los llevó a formular una primera hipótesis: El aumento de peso puede estar relacionado con experiencias ambientales en su desarrollo temprano.
El equipo de trabajo comenzó a formular una serie de preguntas relacionadas con el aumento de peso durante etapas o eventos significativos del desarrollo, y fue así como llegaron a la siguiente serie de preguntas:
            ¿cuánto pesabas cuando naciste?
            ¿cuánto pesabas cuando comenzaste la primaria?
            ¿cuánto pesabas cuando comenzaste la secundaria?
            ¿qué edad tenías y cuánto pesabas cuando comenzaste tu vida sexual?
            ¿qué edad tenías y cuánto pesabas cuando te casaste?

Se menciona una entrevista en particular que cambió por completo la dirección de este estudio, cuando un entrevistador hizo la pregunta sobre el peso al comenzar su vida sexual, la paciente respondió “40 kg.” Al principio el entrevistador creyó que la paciente no había comprendido correctamente la pregunta, y volvió a preguntar y la respuesta fue la misma, pero en esta ocasión la respuesta vino con un llanto profundo y ella dijo: “yo tenía 4 años y fue con mi papá.” El entrevistador inmediatamente reportó esta respuesta con el resto del equipo y todos concordaron en tener mucho cuidado de no guiar a los pacientes a ese tipo de respuestas, sin embargo al paso de las entrevistas el resultado fue similar. Un gran porcentaje de los participantes en el estudio comenzaron a reportar abuso sexual en la infancia.
El equipo invitó a cinco médicos externos que no sabían el propósito ni la naturaleza del estudio a que condujeran las siguientes 100 entrevistas y el resultado fue el mismo: presencia de abuso sexual incestuoso en la infancia.
La primera población que entrevistaron constaba de 286 personas y más de un 93% de ellos habían sido abusados y abusadas sexualmente en la infancia.
Esto se convirtió en la primera evidencia que apuntaba hacia una relación entre abuso infantil y afectaciones negativas en el auto-cuidado durante etapas subsecuentes del desarrollo. Sin embargo, nuevas evidencias comenzaron a mostrar la magnitud y profundidad de dichas experiencias adversas.
Durante otra entrevista, una mujer le reveló al investigador que había sido abusada sexualmente en la infancia y que también había sido violada a la edad de 23 años, y que durante los meses subsecuentes ella había subido 48 kg. Ella añadió la siguiente frase: “la obesidad ha sido mi mejor arma de prevención de otro abuso sexual.”
Esta entrevista reafirmó lo que muchos profesionales de la salud ya habían señalado pero que la medicina no había podido confirmar: PARA LOS SOBREVIVIENTES DE ABUSO, LA OBESIDAD NO ES UN PROBLEMA, ES UNA SOLUCIÓN Y UN ESCAPE.

Este descubrimiento desde el campo de la medicina le dio sentido al gran porcentaje de abandonos en los tratamientos no solo de obesidad, sino de problemas de adicción, conducta de la alimentación, relaciones destructivas, etc. En otras palabras, el estar bien les produce más ansiedad e incomodidad. En el caso de las mujeres obesas, su peso también les ayuda a ser menos “deseables” y de esa manera escapan a posibles ataques sexuales. En el caso de los hombres obesos, su gran tamaño lo hace menos vulnerable a posibles ataques físicos.



Ahora, el Dr. Felitti tenía un problema, ¿qué hacer con esta información?
Su primera oportunidad se presentó en 1990 en una reunión regional de la APA en donde estarían tratando el problema dela Obesidad. Al terminar su presentación, uno de los “expertos” en el tema desde la psiquiatría dijo desde el podio: “No podemos creerle todo a nuestros pacientes, muchos de ellos solo quieres excusas para justificar sus fracasos.” Por otro lado, durante dicha convención 
Es así que obtuvieron en el área de California alrededor de 26,000 participantes que respondieron a una serie de entrevistas y cuestionarios que contenían elementos sumamente importantes en relación al trauma crónico infantil (en algunas lecturas se le conoce como trauma complejo). Los investigadores pudieron dividir en 10 subtipos de experiencias adversas en las familias de los y las pacientes:
·      Abuso sexual
·      Abuso verbal
·      Abuso físico
·      Cuidador primario con enfermedad mental o adicto
·      Cuidador primario como víctima de abuso doméstico
·      Cuidador primario encarcelado
·      Pérdida de cuidador primario debido a divorcio o abandono
·      Negligencia física
·      Negligencia afectiva

La primera fase del proyecto se inició en 1995 hasta 1997 y se le dio seguimiento por 15 años con una población base final de 17, 421 personas. Cuando los primeros resultados llegaron, la mayoría del equipo lloró al ver la increíble correlación entre una serie de experiencias adversas con un descuido físico, social y emocional subsecuente en la edad adulta.

Primer descubrimiento: Existe una correlación directa entre el trauma infantil crónico (relacional) con la aparición de por lo menos una enfermedad crónica, al mismo tiempo la presencia de un trastorno mental, por lo menos algún tipo de problema social (conductas criminales, deudas, ausentismo escolar, bullying, etc.), y problemas en conseguir o mantener un empleo estable

Segundo descubrimiento: El 87% de la población del estudio, habían experimentado más de dos tipos de experiencias adversas en la infancia. Esto indicó, que la presencia de un cuidador primario con problemas de alcoholismo aumentaba significativamente la probabilidad de sufrir otro tipo de abuso.

Tercer descubrimiento: A mayor cantidad de experiencias adversas en la infancia, mayor el riesgo de desarrollar problemas médicos, metales y sociales en la adultez. Para entender esto, el equipo de investigadores asignaron un punto por tipo de experiencia adversa. Es decir, si un paciente había vivido con un padre alcohólico, y había experimentado abuso físico, a ese paciente se le asignaban dos puntos. El estudio reveló que personas con 4 puntos (4 tipos de experiencias adversas en la infancia) comparado con los pacientes con 0 puntos, tenían 240% mayor de riesgo de contraer hepatitis C, y un 290% mayor de probabilidades de contraer enfisema pulmonar, y un 240% mayor riesgo de ser contagiados de una enfermedad sexualmente transmitida.
Las personas con 4 puntos corren el riesgo de intentar el suicidio 12 veces más que una persona con 0 puntos. Son 10 veces más propensas a ser adictas a las drogas que los pacientes 0.

Estas conclusiones del estudio del Dr. Felitti y colegas deben hacernos cuestionar nuestra visión y perspectiva de los trastornos mentales y médicos, poniendo un mayor énfasis a la importancia del desarrollo humano en la etapa de la infancia. Más adelante concluiré con una propuesta de cambio en la perspectiva de la manera en que actualmente vemos los problemas mentales y sociales, principalmente desde una perspectiva preventiva.